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Mi estado de ánimo oscila, entre la esperanza y la desesperanza, entre la dicha y la zozobra, entre la alegría y la tristeza, entre el entusiasmo y la depresión.

De repente, un atisbo de esperanza: hay posibilidades de negocio. De repente algo falla, y el negocio se cae.

Los días transcurren con mucha rapidez y con mucha lentitud. El correr da energía, da claridad, da serenidad. La presión por cumplir con los plazos obliga a multiplicarse. Hay que terminar pronto las actividades rutinarias para dar paso a las actividades que me entusiasman. Es época de creatividad también, incluso de investigar y de seguir aprendiendo.

Fluye la adrenalina. Se busca aumentar las endorfinas. A veces se siente el stress. Tantas emociones no pueden pasar sin dejar alguna secuela.

Hay un sentimiento del deber, pero también hay un pragmatismo. Se perciben situaciones de riesgo, pero también percibo apoyo. En una condición extrema no hay muchas opciones, y hay que tomar decisiones.

¿Que voy a hacer? ¿que vamos a hacer? Todavía no lo sé. Por lo pronto esperar. Por lo pronto reaccionar a los estímulos. Dejar que las cosas fluyan, y esperar el moemnto adecuado para contraatacar.

Sabe...